domingo, 3 de abril de 2022

La pasión griega

Yo tenía pasión por el ajedrez, la música, las palabras y los números.

He leído en algún lugar que los antiguos griegos no escribían necrológicas,
cuando alguien moría apenas preguntaban:
¿tenía pasión?
cuando alguien muere yo también quiero saber de la calidad de su pasión:
si tenía pasión por las cosas generales,
agua,
música,
por el talento de algunas palabras para moverse en el caos,
por el cuerpo salvado de sus precipicios con destino a la gloria,
pasión por la pasión,
¿tenía?
y entonces indago en mí si yo mismo albergo pasión,
si puedo morir griegamente,
¿qué pasión?
los grandes animales salvajes se extinguen en la tierra,
los grandes poemas desaparecen en las grandes lenguas que desaparecen,
hombres y mujeres pierden el aura
en la usura,
en la política,
en el comercio,
en la industria,
dedos conexos, hay dedos que inspiran a los objetos la espera,
trémulos objetos entrando y saliendo
de los diez tan escasos dedos para tantos
objetos del mundo
y lo que así hay en el mundo que responda a la pregunta griega,
se puede mantener la pasión con la fruta comida aún viva,
y hacer después con sal gorda una canción curtida por las cicatrices,
palabra soplada a qué horno con qué fuelle,
que alguien preguntase: ¿tenía pasión?
alejen de mí la pimienta del reino, el jengibre, el clavo de la india,
pongan muy alta la música y que yo baile
fluido, interminable,
sostenido por toda la luz antigua y moderna,
los ciegos, los templados, ah no, que al menos me encontrase la pasión
y me perdiese en ella
la pasión griega.

-A faca não corta o fogo, Assírio & Alvim, Lisboa, 2008
-Poemas completos, Porto Editora, 2014

Herberto Hélder (Funchal, Portugal. 1930-Cascaes, Portugal, 2015), Círculo de Poesía, 29 de febrero de 2016
Traducción de José Ángel García Caballero
Envío de Jonio González
http://campodemaniobras.blogspot.com/2017/11/herberto-helder-la-pasion-griega.html

martes, 4 de enero de 2022

Supply and Demand

 As a dishwasher
in a restaurant
I lasted only three hours.
It was a dubious role at best.
The dirty dishes kept coming
faster than I could produce clean ones.
But I could play the piano
for hours and hours,
snake across the floor
on my belly
all afternoon and into the night.
As Hercules
I lifted Antaeus from the earth,
robbing him of his strength.
Always happy,
I could walk around the block
on my hands.
In a fanciful costume,
I played the joker.
With a thirty-pound sack of rice
on my head, all day
I danced
on a stone balustrade
without falling off.
From sunup to sundown,
week after week,
I was a whole amusement park
unto myself.
I was on top of contingencies.
I defended victims of foolishness
and porous people.
I campaigned for weeks
against the greedy.
I deconstructed ancestral suffering.
I gave comfort to the feeble
and the needy.
I made marionettes dance for kids.
I played marbles with the best
and the worst.

But as a dishwasher
I lasted only three hours.

By Clarence Major

Nosotros soñamos más despiertos que dormidos (¿lo dijo Shakespeare?). Creo que debería mantenerme caminando de un lado a otro, como si no hubiera un lugar para llegar. Caminando solo pasan un par de minutos.