martes, 21 de febrero de 2012

Los Mareados

Rara
como encendida
te hallé bebiendo
linda y fatal.
Bebías
y en el fragor del champán,
loca, reías por no llorar.

Pena
me dio encontrarte
pues al mirarte
yo vi brillar
tus ojos
con un eléctrico ardor,
tus bellos ojos que tanto adoré.


Esta noche, amiga mía,
el alcohol nos ha embriagado.
¡Qué me importa que se rían
y nos llamen los mareados!
Cada cual tiene sus penas
y nosotros las tenemos.
Esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más.


Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida.
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor, pesar, dolor.
Hoy vas a entrar en mi pasado
y hoy nuevas sendas tomaremos.
¡Qué grande ha sido nuestro amor!...
Y, sin embargo, ¡ay!,
mira lo que quedó.


Si usted es fanático del tango, sabrá que estos versos fueron compuestos por Enrique Cadícamo, uno de los más grandes compositores de lo que Sábato llamó “ese  pensamiento triste que se baila”. Me gustan varias de las letras del tango, lo cual me parece curioso porque siempre me producen una especie de nostalgia-melancolía que,  no obstante,  se disfruta. ¿Por qué hoy este tango?

Este poema me gusta especialmente por uno de sus versos, uno de esos versos que no se olvidan.  

Parece una costumbre -o una condición- de los humanos sacar una parte del todo, fijarnos en ella, “apoderarnos”, pero ¿cuál es el criterio? No sé, habrá muchos, cada uno puede tener el suyo. El mío, en este caso, es que ese verso resume todo el “tema” del poema, es decir, lo sintetiza. Me gustaría decirles que algunas veces puedo recordar tan sólo una frase de algún poema, por ejemplo: “me duele en todo el cuerpo una mujer” -Borges- éste es el último verso del "amenazado" y creo, sinceramente, que no necesito recordar más, pienso que esa frase ya es como un poema completo. No digamos que estos versos resumen “el tema” del poema, digamos mejor, que lo que hacen es sintetizarlo todo. Un verso así, es capaz de decir rápidamente mucho, es lo más parecido que conozco a las  “imágenes escritas”. Un amigo, una vez me dijo que la poesía era el arte de la construcción de imágenes, si él tiene razón, estos versos harían algo equivalente a pintar un paisaje, es decir, a decirlo todo.

El verso que me gusta es “Hoy vas a entrar en mi pasado”. La verdad me da un poco de envidia, ¿cómo encontrar éstas frases tan cortas que lo dicen todo? no es fácil, vean cuántas veces hemos dicho: Te amo.



miércoles, 15 de febrero de 2012

Si a veces silencioso. De Guillermo Blest Gana


Si a veces silencioso y pensativo
a tu lado me ves, querida mía,
es porque hallo en tus ojos la armonía
de un lenguaje tan dulce y expresivo.

Y eres tan mía entonces que me privo
hasta de oír tu voz, porque creería
que rompiendo el silencio, desunía
mi ser del tuyo, cuando en tu alma vivo.

¡Y estás tan bella; mi placer es tanto,
es tan completo cuando así te miro;
siento en mi corazón tan dulce encanto,

que me parece, a veces, que en ti admiro
una visión celeste, un sueño santo
que va a desvanecerse si respiro!




Sinceramente este poema me asusta un poco, es fuerte, digamos: cursi. Sin embargo, me gusta de lo que habla, es decir, del silencio. Hoy me encontré una frase: no hables al menos que puedas mejorar el silencio (Borges). Recordé este poema. 

Sobre el silencio se dicen muchas cosas. Quizá lo que más recuerdo es un “teoría” que dice que la música no es una sucesión de sonidos, sino una sucesión de silencios. ¿Es posible? Los silencios de la música se expanden, es decir, se comportan de manera horizontal, en cambio, los sonidos suben y bajan por una línea vertical. Sin embargo, el silencio al que se refiere este poema es diferente (porque hay varias formas de silencios), se refiere particularmente al silencio que hay entre dos personas. 

Un amigo me dijo una vez, que no se sentía cómodo cuando estaba en silencio con su novia. Yo pensé (y él lo sabía) que no llegarían lejos. ¿Por qué? Porque los silencios entre dos, aunque no son lo mismo, se parecen a los de la música: están ahí inevitablemente, hacen parte de los momentos de los dos.  Algunas personas creen que no es que haya silencios, que lo que pasa es que hablan las miradas o las caricias. Sin embargo, parece que sí existen silencios cómodos, agradables y diferentes, sin miradas, sin la intromisión de la piel. ¿Cómo es posible que existan estos “silencios íntimos” a través de los cuales “viaja la información” sin ir por un medio? No sé. Si alguna vez, está con alguien y se encuentra uno de esos silencios, haga como nos dice Blest o Borges: no lo arruine.

sábado, 4 de febrero de 2012

Canción


¡De que callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera la primavera !
(Yo, muriendo.)

Y de que modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril

¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
(No soy tanto.)

En cambio, ¡Qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!

De que callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera la primavera
(Yo, muriendo.)

Nicolás Guillén.

Estos versos me recuerdan que ser abstracto puede arruinar las cosas. 

En este poema nos dice Nicolás Guillén: En cambio, ¡Qué espiritual / que usted me brinde una rosa /  de su rosal principal!  ¿qué quiere decir eso?. Pensé que quizá no tenía sentido o que su sentido es de esos que no se expresan en palabras. También que hablando de alguna de las cualidades de la persona a quien se dirige el poema. Pensé, por ejemplo, que una rosa de su rosal puede ser una forma encantadora de hablar –entonces quiere que le regale una palabra-, o también que habla de sus ojos o su boca –entonces quiere una mirada o un beso-. 

Sin embargo, hace poco estaba pensando que el poema puede ir un poco más allá siendo más sencillo.  Supongamos que Guillén se dirige a una mujer que tiene rosales y quiere que ella le brinde una flor de su rosal principal.