como encendida
te hallé bebiendo
linda y fatal.
Bebías
y en el fragor del champán,
loca, reías por no llorar.
te hallé bebiendo
linda y fatal.
Bebías
y en el fragor del champán,
loca, reías por no llorar.
Pena
me dio encontrarte
pues al mirarte
yo vi brillar
tus ojos
con un eléctrico ardor,
tus bellos ojos que tanto adoré.
me dio encontrarte
pues al mirarte
yo vi brillar
tus ojos
con un eléctrico ardor,
tus bellos ojos que tanto adoré.
Esta noche, amiga mía,
el alcohol nos ha embriagado.
¡Qué me importa que se rían
y nos llamen los mareados!
Cada cual tiene sus penas
el alcohol nos ha embriagado.
¡Qué me importa que se rían
y nos llamen los mareados!
Cada cual tiene sus penas
y nosotros las tenemos.
Esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más.
Esta noche beberemos
porque ya no volveremos
a vernos más.
Hoy vas a entrar en mi pasado,
en el pasado de mi vida.
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor, pesar, dolor.
Hoy vas a entrar en mi pasado
y hoy nuevas sendas tomaremos.
¡Qué grande ha sido nuestro amor!...
Y, sin embargo, ¡ay!,
mira lo que quedó.
en el pasado de mi vida.
Tres cosas lleva mi alma herida:
amor, pesar, dolor.
Hoy vas a entrar en mi pasado
y hoy nuevas sendas tomaremos.
¡Qué grande ha sido nuestro amor!...
Y, sin embargo, ¡ay!,
mira lo que quedó.
Si usted es fanático del tango, sabrá que estos versos fueron
compuestos por Enrique Cadícamo, uno de los más grandes compositores de lo
que Sábato llamó “ese pensamiento triste que se baila”. Me gustan varias de las letras del
tango, lo cual me parece curioso porque siempre me producen una especie de
nostalgia-melancolía que, no obstante, se disfruta. ¿Por qué hoy
este tango?
El verso que me gusta es “Hoy vas a
entrar en mi pasado”. La verdad me da un poco de envidia, ¿cómo encontrar éstas
frases tan cortas que lo dicen todo? no es fácil, vean cuántas veces hemos
dicho: Te amo.
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