El amor después del amor
Llegará el día
en que, exultante,
te vas a saludar a ti mismo al llegar
a tu propia puerta, en tu propio espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Otra vez amarás al extraño que fuiste para ti.
Dale vino. Dale pan. Devuélvele el corazón
a tu corazón, a ese extraño que te ha amado
toda tu vida, a quien ignoraste
por otro, y que te conoce de memoria.
Baja las cartas de amor de los estantes,
las fotos, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Haz con tu vida un festín.
(Derek Walcott)
Oda al amor
Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación,
en las paredes y los muebles estarán sus huellas,
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos
Otros ojos mirarán tus costumbres,
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper los retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.
(María Mercedes Carranza)
Separación
Desmontar la casa
Y el amor. Desclavar
Los sentimientos
De las paredes y las sábanas.
Recoger las cortinas
Tras la tempestad
De las disputas.
El amor no resistió
Las balas, plagas, flores
Y cuerpos intermedios.
Empacar libros, cuadros,
Discos y culpas.
Esperar el infernal
Juicio final del desamor.
Los vecinos se asustan en la mañana
Ante los destrozos en la puerta:
-¡parecían amarse tanto!
Hubo un tiempo:
Una casa de campo,
Fotos en Venecia,
Un tiempo en que sonríete
El amor aglutinaba cenas y fiestas.
Se amó cierto modo de desvestirse,
De peinarse.
Se amó una sonrisa y cierto modo
De disponer la mesa. Se amó
Cierto modo de amar
No obstante, el amor parte en retirada
Con sus ropas arrugadas, tropas de insultos
Maletas desesperadas, sollozos incautados.
¿Le faltó amor al amor?
¿Se gastó el amor en el amor?
¿Se hartó el amor?
En el cuarto de los hijos
Otra derrota a la vista:
muñecos y juguetes penden
en un collage de afectos abortados.
Se arruinó el amor y tiene prisa de partir
Avergonzado.
¿Levantará otra casa, el amor?
¿Escogerá objetos, morará en la playa?
¿Viajará en la nieve y la neblina?
Tonto, perplejo, sin rumbo,
Un cuero cruza la puerta
Con trozos de pasado en la cabeza
Y un futuro incierto.
En el pecho el corazón pesa
Más que una valija de plomo.
(AFFONSO ROMADO DE SANT’ANNA )
(Trad. John Galán Casanova)



